jueves, 25 de abril de 2013

El día que el maestro recibió una lección de fútbol


Por el encuentro de ida de las semifinales de la Champions League el Bayern Munich borró de la cancha al Barcelona con un contundente 4 a 0 en Alemania. Un resultado inesperado no sólo desde los números sino también en el desarrollo del juego que dejó en jaque a Messi y compañía.

El 23 de abril del 2013 será recordado como aquel día en el cual el probablemente mejor equipo de todos los tiempos pareció un conjunto terrenal. No fue por casualidad; enfrente tuvo a la determinación alemana en su máxima expresión, dejando sin efecto y desactivando el vistoso juego catalán como nunca se vio. Los goles fueron obra de Thomas Müller (en dos oportunidades), Mario Gómez y Arjen Robben.

Pese a la supremacía que supo marcar el Barcelona en los últimos años, pronosticar una victoria del Bayern no era una idea descabellada teniendo en cuenta el presente de ambos equipos. Lo que si nadie podía imaginar era semejante superioridad de los bávaros, quienes llegaban consagrándose campeones de la Bundesliga a cuatro fechas de su culminación y con el recuerdo todavía fresco de aquella dramática final de Champions perdida a domicilio ante el Chelsea el año pasado. Pero lo cierto es que los dirigidos por Jupp Heynckes hace ya tiempo se vienen gestando como uno de los más poderosos de Europa en base a un rendimiento sostenido y exitoso. El Barça por su parte, pese a liderar el torneo de su país con holgura, dejaba entrever un bajón en el rendimiento colectivo y también individual, evidenciado ante el Milán en Italia y en ambos encuentros con el Paris Saint-Germain, aunque siempre respetando un estilo único e inigualable de toque, tenencia del balón y clase.

Esta vez el cerca del 65 por ciento de posesión blaugrana no tuvo relación directa con el desarrollo del juego, ya que nunca supo qué hacer con ella, no encontró los caminos y careció de vértigo y llegada al gol. Por lo contrario, el que manejo las acciones de principio a fin fue el elenco local, con inteligencia, precisión, velocidad, vértigo, juego en equipo, orden y contundencia, de la mano (los pies) del inagotable Bastian Schweinsteiger, un fuera de serie y el emblema. Lo extraño es que pese a no tener la necesidad de cambiar, el Bayern va más allá con la contratación para la conducción técnica nada menos que de Pep guardiola y de la joven figura del Borussia Dortmund Mario Gotze por 48 millones de dólares, con la intención de marcar definitivamente una época dorada.

El Barcelona se vio desbordado defensivamente, padeciendo las ausencias de Javier Mascherano y Carles Puyol, ausentes por suspensión y lesión respectivamente. Por otro lado Xavi Hernández no pudo hacerse dueño y se vio constantemente presionado, al igual que Andrés Iniesta y Lionel Messi, quien tuvo un deslucido encuentro mostrando a las claras que no estaba todavía recuperado de su reciente lesión. Leo jugó porque es Messi, sino debería haber estado ausente. Pero esta vez ni siquiera el mejor de todos pudo contagiar a sus compañeros. De todas maneras sería arriesgado y erróneo dar por terminado un ciclo ante la probable eliminación, en especial teniendo en Iniesta y Messi mucho tiempo más de plenitud y con una escuela de fútbol que no se negocia, aunque una renovación también sería oportuna para cambiar el aire en un proceso que lógicamente siente el desgaste de tantos años celebres.

Pese a que todavía restan noventa minutos donde los catalanes de seguro darán pelea, resulta muy difícil imaginar una hazaña del equipo de Tito Vilanova para dar vuelta el resultado en el Camp Nou, de hecho desde que deciden los goles de visitante jamás se remontó un 4 a 0 en toda la historia de las competencias europeas. Hoy sólo queda rendirse ante el espectáculo futbolístico del Bayern Múnich, que definitivamente se postula como serio candidato a quedarse con la Champions League.

domingo, 21 de abril de 2013

Brindisi, el elegido para dejar a Independiente en Primera

El entrenador vuelve a Avellaneda tras 18 años con la enorme responsabilidad de escaparle al descenso en el peor momento en la historia del club. Anteriormente tuvo un exitoso paso por el Rojo y pone en un juego su prestigio en un momento clave.

Idas y vueltas. Reuniones. Dudas. Versiones. El lunes Miguel Ángel Brindisi en primera instancia había declinado la propuesta para dirigir Independiente, pero un último encuentro cerca de la madrugada hizo cambiar el rumbo de su decisión. El presidente Javier Cantero le manifestó al entrenador el aprecio para con el de los referentes del plantel y finalmente logró cambiar su parecer para que sea el sucesor de Américo Gallego. Anteriormente fueron varios los que dijeron que no, pasando por Enzo Trossero, Julio Falcioni, Jorge Fossati y Ricardo Zielinski.

Brindisi firmaría su vínculo hasta julio del 2014, por lo que seguiría a cargo del plantel aunque no conservase la categoría. La idea del técnico era contar con Gabriel Milito como ayudante de campo, quien no aceptó la propuesta y prefirió ayudar desde otro lado. Su debut será el domingo ante Atlético Rafaela en condición de visitante, en un partido que puede ser una inyección anímica para lo que se viene.

Pero su llegada tuvo un lado oscuro y polémico. Pese a que Brindisi lo negó, la reunión determinante habría sido en la casa de Guillermo Marconi, el titular del Sindicato de Árbitros de la República Argentina, mientras que su cambio drástico de decisión sería consecuencia de un llamado telefónico del presidente de la Asociación del Fútbol Argentino Julio Grondona. “No me llamó Grondona, no sé de dónde salió eso, hace un montón que no hablo con él. Me llamó gente vinculada con Independiente, pero no hablé con Grondona”, manifestó al respecto el técnico. Al respecto, el presidente de Quilmes Aníbal Fernández no se quedó atrás y fue duro con Marconi: "Guarda con pensar que en Quilmes todos son pelotudos. No me gusta hablar de los árbitros, pero esta situación no me gusta. No cuestiono ni recuso a los árbitros. Si creyera eso, estaríamos hechos mierda. Pero me da bronca que personajes como Marconi, que es hincha de Independiente, se metan en estas definiciones y le busque técnico".

En su anterior paso por la institución el ahora entrenador del Rojo logró tres títulos: Clausura y Supercopa del 94 y Recopa en el 95, obteniendo una efectividad del 58 % con un total de 26 triunfos, 22 empates y 16 derrotas. Luego se iría tras superar a Cerro de Montevideo por la zona de grupos de la Copa Libertadores el 20 de abril de 1995. Por otro lado, el último equipo que dirigió fue a Huracán, del cual se fue tras perder 2 a 0 contra River  el 20 de febrero del 2011 por la segunda fecha del torneo doméstico.

La idea de Brindisi sería apelar a los hombre de experiencia para salir de este mal momento y darle un poco de oxigeno al Rojo. Y cuenta con viejos conocidos para intentarlo, ya que dirigió a Daniel Montenegro  dos años en Huracán y a Claudio Morel Rodríguez y Fabián Vargas en Boca en el 2004. Luego más allá de lo futbolístico deberá transmitirles a sus jugadores la tranquilidad y confianza para afrontar los encuentros en momentos de dramatismo, ya que cada fecha que pase la presión irá aumentando. Su primera práctica fue el pasado miércoles por la mañana en Villa Domínico y allí comenzó a darle forma a su idea de juego junto a Carlos Squeo (ayudante de campo), Rubén López (preparador físico) y Nazareno Brindisi (colaborador). La intención es la de recuperar a Ernesto Farías en el once titular, acompañarlo con otro punta y jugar con Montenegro un poco más retrasado.

“Hay que dar una mano. Necesitamos del apoyo de todos en este momento de desesperación. Hay que acercarse y estar todos juntos, esto no es sólo de uno. El apoyo de todos será bienvenido. Como dice el refrán, los hombres pasamos. La institución está en un momento difícil y se necesita absolutamente de todos, hasta de las figuras más grandes que tuvo. Me tocó ver a Independiente ante Unión, y cómo alentaron, llenaron el estadio. Después vi cómo quedaron cuando llegó el empate. Entonces, todos unidos tenemos que dar nuestro apoyo”, sostuvo el entrenador.

6569 días tuvieron que pasar para que Brindisi regresara a Independiente y no es casualidad que sea justo en este momento tan especial. A priori un hombre de experiencia y muy querido por el club parece ser el indicado para apagar el incendio en Avellaneda. Pero no será fácil. El desafío empieza el próximo fin de semana en Rafaela y no hay tiempo que perder.

viernes, 12 de abril de 2013

El fútbol como espectáculo


El rol de los medios de comunicación se vuelve tendencioso y sigue ciertos parámetros con el entretenimiento como principal objetivo. En general se dejan de lado los análisis sobre el juego, priorizando otras temáticas que rodean lo realmente elemental.

Los periodistas deben dedicarle un espacio en su profesión a la autocrítica. En el fútbol, al igual que en la mayoría de las cuestiones, frecuentemente se genera una banalización de la información. Casi ni se habla de este deporte como tal y contrariamente toman protagonismo los detalles, esas partes del todo que se convierten en intérpretes principales en las transmisiones televisivas, radiales y hasta en los textos gráficos. De esta forma se relega a un segundo plano lo verdaderamente importante.

Antes que nada corresponde indagar en las causas de este fenómeno. Muchos periodistas se amparan en la idea “protectora” oculta detrás de la necesidad de entretener, hacer del fútbol puramente un espectáculo; una percepción absurda y fácilmente refutable con montones de ejemplos de productos de calidad exitosos en términos de seguimiento. La búsqueda constante del rating, por ejemplo, se ve directamente erosionada por el factor económico y atenta contra la calidad informativa.

Más allá de cualquier decisión o bajada de línea de productoras y demás, resulta igualmente alarmante la escasa cantidad de partícipes capacitados o con los saberes necesarios en el plano futbolístico. Esto no sólo queda en manifiesto en los contenidos periodísticos, sino también en la práctica profesional: preguntas escuetas hacia los protagonistas y carencia de repreguntas, verborragia injustificada, opiniones sin fundamentos y una peculiar (in)capacidad de no escuchar al otro. En tanto, se recurre habitualmente a las frases hechas y sitios comunes, no sólo en los periodistas sino también en los jugadores, entrenadores y dirigentes. “Ganar como sea”, una de las falacias más grandes de los últimos tiempos, expresión vacía si las hay. Sería interesante que se busque transmitir de una manera más entendible dicha afirmación, como puede ser la intención de esperar y salir de contra, de cortar el juego con faltas o de meter al área todas las pelotas paradas. De todas formas si así fuera las posibilidades de lograr un triunfo siempre serán menores que aquellas relacionadas a una intención de jugar bien al fútbol. Y bien no quiere decir ni lindo ni vistoso. Más allá de gustos no se puede llegar demasiado lejos sin un mensaje y un estilo, y esto es tarea de los entrenadores.

Priorizar únicamente los resultados sin siquiera hacer un análisis previo con seriedad del porqué de los mismos, hacer foco desmedido en las relaciones entre los jugadores y sus declaraciones o en los arbitrajes y menospreciar a un jugador por no cantar el himno antes de los partidos (después no importa si adentro de la cancha es el más patriota de todos) sólo hacen que la imagen transmitida por gran parte de los medios de comunicación a los públicos sea sesgada y mal orientada. No importa el juego, pero sí el conflicto.

En definitiva, el fútbol y el periodismo están plagados de contrastes. Pese a que la espectacularización y banalización sean fenómenos latentes, están aquellos que disfrutan del juego en su más pura esencia e intentan explicarlo y transmitirlo de manera honrada. Son algunas gotas de esperanza en un océano infinito de dramatismo y desinformación. Pero como sostiene David Mitchell en su excepcional novela Cloud Atlas, qué es un océano sino una multitud de gotas.