lunes, 25 de febrero de 2013

Boca no encuentra el rumbo y espera por Riquelme


El conjunto de Carlos Bianchi volvió a perder, esta vez ante All Boys, y su rendimiento es preocupante. Las esperanzas de mejora se ven depositadas en el regreso a las canchas de Juan Román, quien emprende la puesta a punto.

El fútbol en Boca no aparece, y los resultados tampoco. En su visita a Floresta, por la tercera fecha del Torneo Final, se vio superado por un rival que le ganó con autoridad por 2 a 0. El Virrey no encuentra el equipo, los jugadores no responden y hay un déficit muy grande respecto a la generación de juego. Siendo este el principal problema la solución más inmediata recae en el retorno de Riquelme, quien cuenta con los atributos necesarios como para ser el conductor y darle un orden e ideología a Boca.

Desde su llegada al club Bianchi probó muchas variantes sin obtener grandes frutos. Si bien se llevó un triunfo, en el debut del campeonato argentino tuvo una pálida actuación y con demasiadas falencias defensivas ante Quilmes. Luego empataría con Tigre de visitante y caería en La Bombonera ante el Toluca mexicano por la Copa Libertadores.  Leandro Paredes pasó de ser titular a no ir ni al banco y Santiago Silva no fue siquiera convocado para el duelo ante el Barcelona de Ecuador del próximo miércoles. Ambas son muestras claras de que al entrenador no le tiembla la mano al momento de tomar decisiones ante la disconformidad con actuaciones puntuales de sus futbolistas.

Pero lo cierto es que el problema no se centra solamente en las individualidades, sino que pasa por el rendimiento colectivo. En Boca escasean las ideas y la generación de juego, asociación entre sus jugadores, es un equipo que tiene actitud pero al que le falta solidaridad entre sus pares. Por ejemplo, Juan Manuel Martínez, su mejor jugador en cancha, no se encuentra con sus compañeros y por ende abusa del recurso individual. Hay jugadores de jerarquía, pero están atravesando por un mal momento.
 
El gran desafío de Bianchi será poder transmitirle a este equipo una identidad e inteligencia para saber manejar los partidos, como en las viejas épocas gloriosas del club. También lograr una estructura defensiva sólida, una buena base. Hasta ahora a Boca le generan muchas situaciones de gol, se muestra muy endeble atrás y sus jugadores llegan a destiempo a las jugadas con frecuencia, además de excederse por momentos del juego brusco. De hecho los rendimientos más altos en los últimos encuentros fueron propiedad de sus arqueros Agustín Orión y Oscar Ustari, lo que deja en manifiesto los serios problemas defensivos.

El Virrey se mostró autocritico como pocas veces y es consciente de los inconvenientes futbolísticos de su equipo: "Siempre que uno pierde se va preocupado. Sabemos las fallas que tenemos y vamos a seguir trabajando para corregirlas. ¿Dónde están las fallas? No, eso lo sé pero se lo voy a decir después a los jugadores". “Fue un retroceso con respecto al partido con Tigre, pero All Boys es un equipo que también se hace fuerte en su casa. El partido por momentos lo manejamos nosotros, en otros, ellos. Pero por el segundo tiempo son justos ganadores, jugaron mejor que nosotros", sostuvo finalizado el encuentro. Las responsabilidades son compartidas. Sería un error poner al Virrey en un pedestal y a los futbolistas en el pabellón de los culpables. Tanto el irregular desempeño de los jugadores como el planteo táctico y decisiones del entrenador conforman la realidad xeneize.

Es difícil asumirlo por la histeria y urgencias con las que se vive el fútbol argentino, pero el torneo recién comienza y Bianchi necesita tiempo para conseguir el rendimiento deseado. El mismo se verá condicionado de manera integral por el nivel que muestre Riquelme cuando se incorpore al esquema titular, un hombre que entiende el fútbol como pocos y le puede cambiar la cara a este Boca que no aparece.

jueves, 21 de febrero de 2013

El regreso más esperado


Luego de once años Ramón Díaz tuvo su emotivo retorno al Estadio Monumental con el triunfo por 1 a 0 ante Estudiantes, que lo ubica en lo más alto del Torneo Final. River es pura confianza y busca recuperar el fútbol que lo hizo grande.

Aquella vez no podía ser de otra manera. El técnico más ganador en la historia de River se iba del club siendo campeón un 12 de mayo del 2002, cuando vencía a Argentinos Juniors por 5 a 1. Ni el hincha más pesimista hubiese pronosticado lo que luego sucedería: sequía de títulos y descenso a la segunda categoría. El hombre indicado para volver a poner a River en los primeros planos era Ramón y no dudó en afrontar el desafió de recuperar el tiempo perdido con el club de sus amores.

El riojano ya le cambió la cara a este River. Venía de muy buenos rendimientos en el verano, con dos victorias ante Boca incluidas, y  ahora comenzó el campeonato local con dos victorias. Si bien el nivel de juego del equipo no fue superlativo en ninguno de ambos partidos, se aprecia un cambió en la propuesta futbolística. Ramón lo tiene claro y busca transmitir el mensaje a sus jugadores: hay que ser protagonistas, intentar jugar bien al fútbol, darle un buen trato al balón, ser ofensivos y priorizar la tenencia de la  pelota. Muestras claras de esto se vieron en el gol de David Trezeguet ante Argentinos, tras una buena jugada colectiva con muchos toques, paciencia y cambio de ritmo. En declaraciones para Canal 7 luego de finalizado el encuentro ante Argentinos, Díaz se mostró conforme con el rendimiento de su equipo en el primer tiempo pero destacó que “hay cosas para mejorar”. También agradeció al público por el apoyo y remarcó la importancia de poder “demostrarle a la gente como queremos jugar” y la actitud y ganas de sus dirigidos.

El objetivo del “Pelado” es devolverle al club de Núñez ese sello distintivo que lo destacó a lo largo de la historia, con el fútbol como bandera.  Y para esto son varias las estrategias que ya puso en marcha, inicialmente con la motivación para con sus jugadores como factor clave. Por ejemplo recuperó a  Cristian Ledesma y Walter Acevedo, antes rezagados en el plantel, pidió por la vuelta de Adalberto Román, quien demostró estar a la altura e insistió por la incorporación de Leonel Vangioni, uno de los valores más altos hasta ahora. La mano del entrenador se materializa en los rendimientos de sus dirigidos, a los cuales les saca el máximo provecho, los hace sentirse importantes para la estructura del equipo y por ende alcanzan rendimientos que en definitiva son los que marcan la diferencia entre los clubes a la hora de conseguir títulos.

También impuso la idea de jugar con un enganche, algo a esta altura inusual en un fútbol argentino con planteos por lo general mezquinos. Ramón insistió por un refuerzo en ese puesto que finalmente no llegó, el apuntado era Jonathan Fabbro, y la confianza para ganarse el puesto la deposita en Manuel Lanzini y Mauro Díaz, mientras que en un segundo plano aparece la joven promesa Tomás Martínez y hasta la posibilidad de Juan Manuel Iturbe, aunque no sea su puesto natural. Justamente darles importancia a los juveniles también es otro elemento fundamental en la conformación del todo, aunque sin apurar los tiempos de las jóvenes promesas y respaldándolos con futbolistas de experiencia.

Por otro lado, Díaz absorbe toda la presión externa proveniente de los hinchas, medios de comunicación y demás, por lo que transmite tranquilidad a sus jugadores  al momento de salir a la cancha, sin descuidar la voluntad de salir a buscar los partidos, con una propuesta e identidad futbolística.

Es una buena noticia para el fútbol argentino el retorno de Ramón Díaz y permite a los hinchas de River soñar otra vez con pelear el campeonato, pero sobretodo con recuperar la mística perdida. Es el indicado para escribir otra página gloriosa en la historia del club “millonario” y así se lo hizo saber la gente que asistió al Monumental en su regreso. Volvió Ramón, el vendedor de ilusiones.

martes, 12 de febrero de 2013

La jerarquización del fútbol argentino


Comenzó un Torneo Final 2013 que promete ser apasionante con la particularidad del retorno de futbolistas de prestigio internacional, como es el caso de Riquelme, Gago y Montenegro. Cada vez falta menos para el próximo Mundial y muchos buscan continuidad para llegar con chances a Brasil.

En los últimos años, cada vez que se inicia un nuevo campeonato argentino se hace foco en la cantidad de jugadores de jerarquía que emigraron, principalmente jóvenes proyectos. Sin embargo el actual mercado de pases se caracterizó por la vuelta de figuras de peso, no sólo en el plano de los futbolistas, sino también en la dirección técnica, con los regresos de Ramón Díaz y Carlos Bianchi.

La proximidad con la Copa del Mundo del 2014 es un factor que en parte explica dicho fenómeno. Un ejemplo de ello es Fernando Gago, quien sin un lugar en el Valencia de España decidió volver a la Argentina para jugar en Vélez, el último campeón local,  siendo la gran sorpresa del mercado. El volante es una de las piezas claves en el esquema del entrenador del seleccionado nacional Alejandro Sabella y rechazó ofertas de Brasil y de Europa con el objetivo de sumar rodaje en un club que también disputa la Copa Libertadores y la Copa Argentina.

Caso similar es el de Juan Manuel Martínez, que arribó a Boca tras ser tenido poco en cuenta en el Corinthians de Brasil y en un gran momento personal. Tuvo un buen rendimiento en el verano y una actuación discreta en su debut por el torneo con victoria ante Quilmes. Luego de tantas idas y vueltas llegó el regreso tan esperado al club de la Ribera de Juan Román Riquelme tras siete meses de ausencia y actualmente se entrena con el plantel en busca de la puesta a punto. Ambos fueron pedidos por Bianchi, quien despertó de su siesta y con su presencia también jerarquiza el campeonato argentino, al igual que Díaz. El riojano ya le cambió la cara a River y sumó dos jugadores de nivel como Juan Iturbe y Leonel Vangioni. Este último cumplió una labor destacada en su victorioso debut con gol incluido ante Belgrano y se afianza como titular en el conjunto de Núñez.

La situación de Daniel Montenegro pasa por lo visceral, ya que su incorporación a Independiente se dio por su amor a la institución y para colaborar en dejar al club en Primera, comprometido seriamente con los promedios. Su primer partido no fue como lo esperado y el “Rojo” cayó como local ante Newell’s, permaneciendo de este modo en zona de descenso directo. Racing por su parte contrató los servicios del mediocampista Mario Bolatti, uno que nunca logro afianzarse  en el Internacional de Porto Alegre y sin dudas le da un salto de calidad al fútbol argentino, en especial por su buen trato del balón, algo que últimamente escasea. En su primer partido ante Atlético de Rafaela su equipo cayó por 3 a 0 y el sólo ingreso unos minutos.

Muchas veces el sueño de jugar en Europa queda opacado y jugadores que emigran ante ostentosas propuestas económicas se olvidan de lo deportivo y terminan regresando antes de lo esperado. Pero hay  ejemplos donde lo económico pasa a un segundo plano. De hecho anteriormente ya habían arribado otros futbolistas de trayectoria como David Trezeguet, Maximiliano Rodríguez, Gabriel Heinze, Leonardo Ponzio, Mauro Camoranesi, Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez. El fútbol argentino debe poder reinventarse y ofrecer un espectáculo acorde a la pasión que lo rodea. Es habitual que en un partido el marco supere ampliamente al mismo desarrollo del juego, a las propuestas de los equipos. Si bien la mayor responsabilidad de este fenómeno recae en el trabajo de los entrenadores y de las presiones con las que se juega, las individualidades forman los planteles y mayor sea el nivel de ellas más posibilidades habrán de tener buenos partidos.

Esperemos que este arribo de talentos contribuya a mejorar el nivel del fútbol local y podamos ver un torneo entretenido. El correr de los encuentros torcerá la balanza para un lado u otro, pero a priori dan ganas de seguir de cerca el desarrollo del certamen. Sólo resta disfrutarlo, o padecerlo.

Amor a primera vista

A sólo dos horas de Río de Janeiro la ciudad de Búzios espera orgullosa y desafiante. Es que cuenta con argumentos sólidos para ser calificado como uno de los destinos turísticos más espectaculares de Brasil. Las razones son muchas, pero hay una que no puede obviarse: sus más de veinte playas dispares y paradisiacas, abrazadas por un clima caribeño durante todo el año.

Existen lugares especiales. Aquellos que poseen algún rasgo distintivo y que luego de conocerlos se reservan un rincón de privilegio en la memoria de quien los visite. Sin dudas Búzios no escapa a esta clasificación, una pequeña ciudad de Brasil plagada de atractivos pero que destaca especialmente en una asignatura: su gran número de encantadoras, variadas y cercanas playas que la hacen única. Por otro lado, su generosa oferta de actividades en un marco natural soñado atrae a curiosos de todas partes del mundo y la afianza como un destino cosmopolita en donde sólo basta dejarse llevar para relajarse, divertirse y asombrarse a cada momento.

Playas para todos
También llamado Armaçao dos Búzios, este viejo pueblo de pescadores ubicado 180 kilómetros al este de Río de Janeiro resulta un destino turístico de peso debido a su amplia variedad de propuestas. Lo sorprendente es que a lo largo de sus ocho kilómetros esta península alberga veintitrés playas, cada una con sus características: la temperatura del agua, el tipo de arena, el oleaje, los visitantes y el marco natural. Algunas de las principales son João Fernandes, João Fernandinho, Azeda, Azedinha, Ferradura, Ferradurinha, Ossos, Manguinhos, Tartaruga, Brava, Olho-de-Boi y Geribá.

Cada playa tiene sus particularidades. João Fernándes es una de las más turísticas y por ende suele estar abarrotada de extranjeros, mientras que sus aguas son tranquilas e ideales para practicar buceo o pasear en kayak. Similar es el caso de las playas de Tartaruga y Geribá, en tanto que Azeda, Azedinha, Ferradura, Ferradurinha y João Fernandinho son de las más tranquilas y visitadas en general por familias de la zona. Algunas de las más curiosas son Brava, llamada así por sus grandes olas que atraen a los surfistas, Forno, la cual con su nombre hace alusión a la elevada temperatura de la arena, y Olho-de-Boi, frecuentada por nudistas.

Un paseo por la ciudad y sus alrededores ofrece un sinfín de postales teñidas por las arenas blancas de las playas, el celeste reconfortante del mar y el verde de los morros. El recorrido puede ser a pie, en bicicleta o en un “Boogie”, pequeños pero eficaces autos todoterreno, y es preferible repartir los días de estadía con visitas a las diferentes playas para sacarle total provecho a este exclusivo centro turístico. También conforman una experiencia única los paseos en barco por el océano Atlántico y hasta la posibilidad de nadar hacia una isla cercana desde el mismo. En tanto, el buceo es un deporte muy practicado debido a las pulcras aguas cristalinas, la abundante fauna marina y los bellísimos arrecifes de coral, mientras que el surf no se queda atrás por las grandes olas de algunas de sus playas. En tanto, la bondad del clima, cálido y suave, hace que todo sea un deleite y también regala apacibles noches estrelladas, que suponen un marco romántico de película.

La Saint Tropez del Brasil
Comparada con la joya del sur galo, Búzios atrae especialmente a visitantes extranjeros, que arriban desde cualquier rincón del mundo para conocer sus tesoros, y hasta algunos deciden establecerse tras ser víctimas de una suerte de amor platónico. Parte de su popularidad se la debe a la actriz francesa Brigitte Bardot, quien vacacionó en la ciudad durante 1964 junto a su novio brasileño Bob Zagury y a la cual recuerdan con un monumento en el paseo Orla Bardot en su honor.

El centro es pequeño pero no por eso menos atractivo. Se concentra alrededor de una delicada calle con rocas cuidadosamente colocadas, la Rua das Pedras, plagada de tiendas, bares y restaurantes, lo que garantiza una agitada vida nocturna. Por su parte, las construcciones son bajas y pintorescas, mientras que es fácil perder el aliento al toparse con una de las tantas ascendentes y empedradas calles. La oferta gastronómica es también interesante. Los pescados y mariscos son la especialidad de la casa, con productos frescos recién salidos del mar, pero hay opciones para todos los gustos: carnes, pastas, crepes, pizzas, comida por kilo e irresistibles postres. En las playas los vendedores ofrecen productos locales que invitan a una nueva experiencia al paladar, tales como las castañas de cajú, barras de queso asado al instante, brochette de langostinos, almejas, variedad de sándwiches caseros, cocos frescos con su jugo o açaí, una fruta de la zona servida como postre helado. Los artistas y artesanos, en su mayoría extranjeros, no se quedan atrás y trabajan con variadas técnicas y diversos estilos que van desde telas pintadas al óleo hasta esculturas de bronce.

Los alojamientos tradicionales son las denominadas “pousadas”, que abundan por toda la península y ofrecen una amplia variedad para todos los costos. Desde lugares sencillos y confortables hasta hoteles de lujo con espectaculares vistas al mar, las propuestas son tentadoras. La mayor cantidad de ellos se encuentran en la zona cercana a las playas de Armaçao (centro), Geribá, João Fernandes y Ferradura. La atención es digna de semejante lugar. Cálida y servicial, la población local se encarga de hacer sentir al turista como en casa.

Otra gran ventaja de Búzios es su ubicación estratégica, cercana a otros destinos de ensueño. Es el caso de las paradisíacas playas de la vecina Arraial Do Cabo, a la cual se accede en barco y recibe a los visitantes con sus arenas blancas y sus aguas calmas, cálidas y cristalinas, en un paisaje en dónde el cielo y el mar se funden en un singular retrato. Por otro lado la ciudad de Cabo Frío sorprende con sus bellas playas e imponentes dunas, mientras que la más popular Río de Janeiro es una visita obligada por sus espectaculares vistas desde el Cristo Redentor y el Pan de Azúcar.

En definitiva esta península de los sueños lo tiene todo. Porque entre tantas opciones el invitado podrá organizar su visita acorde a sus gustos, armar su menú, eligiendo sus playas favoritas y actividades. Porque Búzios es descanso, es paz, es romanticismo. Pero porque también es aventura, es diversión, es celebración. La despedida no será fácil. La calidez de su gente, los memorables atardeceres y la nobleza de sus playas despiertan el deseo de regresar pronto. Pero el recuerdo de haber estado reconforta el alma y alienta a continuar la búsqueda de lugares semejantes: únicos e irrepetibles.