Luego de once años Ramón Díaz tuvo su emotivo retorno al Estadio Monumental con el triunfo por 1 a 0 ante Estudiantes, que lo ubica en lo más alto del Torneo Final. River es pura confianza y busca recuperar el fútbol que lo hizo grande.
Aquella vez no podía ser de otra manera. El técnico más ganador en la
historia de River se iba del club siendo campeón un 12 de mayo del 2002, cuando
vencía a Argentinos Juniors por 5 a 1. Ni el hincha más pesimista hubiese
pronosticado lo que luego sucedería: sequía de títulos y descenso a la segunda
categoría. El hombre indicado para volver a poner a River en los primeros
planos era Ramón y no dudó en afrontar el desafió de recuperar el tiempo
perdido con el club de sus amores.
El riojano ya le cambió la cara a este River. Venía de muy buenos
rendimientos en el verano, con dos victorias ante Boca incluidas, y ahora comenzó el campeonato local con dos
victorias. Si bien el nivel de juego del equipo no fue superlativo en ninguno
de ambos partidos, se aprecia un cambió en la propuesta futbolística. Ramón lo
tiene claro y busca transmitir el mensaje a sus jugadores: hay que ser
protagonistas, intentar jugar bien al fútbol, darle un buen trato al balón, ser
ofensivos y priorizar la tenencia de la
pelota. Muestras claras de esto se vieron en el gol de David Trezeguet
ante Argentinos, tras una buena jugada colectiva con muchos toques, paciencia y
cambio de ritmo. En declaraciones para Canal 7 luego de finalizado el encuentro
ante Argentinos, Díaz se mostró conforme con el rendimiento de su equipo en el
primer tiempo pero destacó que “hay cosas para mejorar”. También agradeció al
público por el apoyo y remarcó la importancia de poder “demostrarle a la gente
como queremos jugar” y la actitud y ganas de sus dirigidos.

También impuso la idea de jugar con un enganche, algo a esta altura
inusual en un fútbol argentino con planteos por lo general mezquinos. Ramón
insistió por un refuerzo en ese puesto que finalmente no llegó, el apuntado era
Jonathan Fabbro, y la confianza para ganarse el puesto la deposita en Manuel
Lanzini y Mauro Díaz, mientras que en un segundo plano aparece la joven promesa
Tomás Martínez y hasta la posibilidad de Juan Manuel Iturbe, aunque no sea su
puesto natural. Justamente darles importancia a los juveniles también es otro
elemento fundamental en la conformación del todo, aunque sin apurar los tiempos
de las jóvenes promesas y respaldándolos con futbolistas de experiencia.
Por otro lado, Díaz absorbe toda la presión externa proveniente de los
hinchas, medios de comunicación y demás, por lo que transmite tranquilidad a
sus jugadores al momento de salir a la
cancha, sin descuidar la voluntad de salir a buscar los partidos, con una
propuesta e identidad futbolística.
Es una buena noticia para el fútbol argentino el retorno de Ramón Díaz y
permite a los hinchas de River soñar otra vez con pelear el campeonato, pero
sobretodo con recuperar la mística perdida. Es el indicado para escribir otra
página gloriosa en la historia del club “millonario” y así se lo hizo saber la
gente que asistió al Monumental en su regreso. Volvió Ramón, el vendedor de
ilusiones.
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