Por los cuartos de final de la Libertadores, el equipo rosarino dejó en
el camino al Xeneize tras vencerlo en los penales, luego de igualar 0 a 0 por
el encuentro de vuelta. De esta manera accedió a las semifinales del certamen
continental.
Y le pagaron con la misma moneda. Si justamente un equipo parecía
imbatible en las definiciones por penales era aquel Boca de Carlos Bianchi.
Pero esta vez el final de la historia sería distinto, y tras una serie interminable
Maxi Rodríguez pudo coronar la merecida victoria para los dirigidos por Gerardo
Martino por 10 a 9.
Lo cierto es que de entrada se dio el partido que muchos imaginaban,
teniendo en cuenta las formaciones y presentes futbolísticos de ambos equipos.
Newell’s se hizo dueño del campo y de la pelota, intentó desplegar un juego
fluido y de posesión, pero sin demasiada profundidad como para dar la estocada
final. Boca esperó replegado en su campo apostando a alguna contra o pelota
parada, con un planteo por demás defensivo -en especial sabiendo el valor de un
gol en condición de visitante- pero ordenado y a la altura.
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En la segunda parte el encuentro seguiría la misma temática, pero Boca
tendría las más claras, ambas en la cabeza de Nicolás Blandi: una, despejada en
la línea por Milton Casco y otra, en el travesaño tras una gran jugada de
Riquelme. Sin embargo, los dirigidos por Carlos Bianchi pasaron de estar a
punto de ampliar el marcador a quedarse con un jugador menos, lo que condicionó
por completo el encuentro. En una falta de profesionalismo Clemente Rodríguez
recibió la segunda amarilla luego de empujar levemente al árbitro Germán
Delfino, quien lo acababa de amonestar. Lo inexplicable fue el cambio que
realizó Bianchi ante esta situación, dejando a su equipo sin delanteros al
colocar al defensor Nahuel Zárate en lugar de Blandi. De allí en adelante sería
un asedio por parte del conjunto rosarino, quien buscó por todos los medios
pero no pudo llegar al gol, con situaciones de Horacio Orzán, Diego Mateo,
Cáceres y Maxi Rodríguez.
Llegaron a los penales y la definición parecía no terminar más. Luego de
que Cáceres y Orzan desperdiciaran la posibilidad de llevarse la victoria daba
la sensación que Boca era invencible en los doce pasos. Pero esta vez no fue
así: Nahuel Guzmán agigantó su figura al taparle el remate a Juan Manuel
Martínez para que luego Maxi Rodríguez liquidara la serie haciendo delirar al
Coloso del Parque, en un 10 a 9 final, tras ejecutar catorce penales por bando.
Terminado el partido, Riquelme realizó declaraciones polémicas: “El
arquero y los centrales manejaron la pelota y después nada más. Los penales son
cuestión de quién tiene más suerte y ellos están con suerte. Enfrentamos al
mejor del país, como dicen todos, y tuvimos las más claras”. Bianchi también
careció de autocrítica: “Jugamos contra el mejor de América como el Corinthians
y ahora con el mejor de la Argentina, y el equipo estuvo a la altura. En el
mejor momento nuestro, cuando venían de sacar pelota sobre la raya y un
cabezazo en el palo, llegó la roja a Clemente y a partir de ahí es una cosa
lógica que nos dominara como nos dominó Newell’s. Creamos situaciones de gol,
Orión no sacó ninguna difícil”. Por otro lado, el “Virrey” se quejó del
arbitraje: “Nos expulsan jugadores todos los partidos, con justificación y sin
justificación. En los tres con Newell’s nos echaron, no sé por qué a Burdisso”.
El duelo de argentinos por los cuartos de final quedó en manos de
Newell’s. Y su clasificación fue especial, no sólo por ser ante un equipo con
historia en la Libertadores, además por conseguirlo en una histórica definición
por penales. El premio al juego y la intención de los rosarinos es merecido. En
este caso ganó el que más buscó y, de seguir por este camino, Martino y
compañía tienen argumentos más que suficientes para ilusionarse en grande.
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