Ellos son más fuertes que nadie, son un ejemplo de voluntad, sacrificio y perseverancia. Ellos tienen montones de problemas, pero no se quejan, no bajan los brazos y siguen luchando. Es por eso que no se pueden permitir falencias, no se puede privarlos de cosas que los demás si tienen. Los chicos discapacitados motrices merecen más, y una de las actividades donde podrían estar mejor es en la que respecta a su aprendizaje y desarrollo de la educación física.
“Si bien en los últimos años la Argentina ha progresado en la inclusión de las personas con necesidades especiales motrices a diferentes actividades, no se ha avanzado lo suficiente en los referido a la educación física en sus establecimientos educativos”, así lo manifiesta Mónica Corvini, profesora de VITRA (Fundación para vivienda, trabajo y capacitación del lisiado).
Como bien lo dice Corvini, estamos frente a una de las cuentas pendientes en lo que se refiere a los chicos discapacitados motrices en las escuelas y establecimientos educativos de Capital Federal.
VITRA es una institución que recibe ayuda del estado (además de otras empresas y particulares), el cual paga los sueldos de los docentes, pero principalmente es un fiel reflejo de lo que sucede en el resto de las instituciones de este tipo.
Gerardo Caristi, profesor de educación física de dicho establecimiento, explica primero su forma de trabajo: “Las clases son iguales que en cualquier otra escuela, una vez por semana y divididas por grados. La actividad física varía de acuerdo a los grupos, ya que al tener chicos multidiscapacitados, se agrupa a cada uno de ellos según sus discapacidades y en base a eso hacemos actividades donde cada uno pueda participar. Una parte tiene que ver con lo físico, con el entrenamiento (tanto en primaria como secundaria), y otra parte con lo lúdico, los juegos y los deportes. Los juegos se hacen hasta sexto grado, y de ahí en adelante se realizan los deportes, que son el handball, el voley y las bochas. A la vez en el área de educación física hay un taller donde los chicos participan de un torneo de bochas donde juegan con otras escuelas”.
En el desarrollo de las actividades es fundamental la división por grupos como marca el profesor. A esa idea adhiere la psicopedagoga especializada en reeducación Cecilia Coppa Oliver: “No todos los chicos con discapacidades motrices pueden realizar los mismas actividades físicas que desarrollan el resto de los chicos”.
Caristi también aclara que la realidad de su trabajo implica que realice su labor según la infraestructura propia de la escuela (ya que cada una tiene la suya en particular). Pero considera que la misma no es apta para la actividad física. Cabe aclarar que en VITRA los chicos desarrollan educación física en un aula un poco más grande que las otras (en la cual quitan los bancos al momento de la actividad), equipada principalmente con arcos y aros de básquet.
Según el docente, la infraestructura es uno de los principales problemas, pero el reglamento también tiene sus pro y sus contras: “Los profesores de educación física nos adaptamos a lo que tenemos. Las reglas se adaptan al lugar donde realizamos las actividades y a las capacidades de los chicos. Se ponen reglas propias: esto tiene a favor que nos da la posibilidad de hacer torneos internos (tanto en primaria como en secundaria) y en contra que no se puede hacer una integración, porque al tener deportes adaptados no todas las escuelas desarrollan los mismos deportes, salvo el de bochas (que tiene reglas propias, las mismas para todos), donde se puede seguir una carrera deportiva como federado al finalizar la escuela, cosa que en otros deportes es muy difícil que se de”.
Lo cierto es que todos los deportes tienen un reglamento oficial, pero que en las escuelas no se puede desarrollar del todo porque deben adaptarse al lugar y a las capacidades de los chicos, que de todas formas reciben una noción de lo más importante de los mismos.
Pero según el profesor, lo ideal sería tener la infraestructura necesaria para que todos puedan utilizar los mismos reglamentos, entre otras cosas: “Me encantaría tener un espacio propio, un lugar más grande, más material de trabajo y más horarios”.
Con respecto al lugar físico, Carisiti manifestó que tenían una propuesta de ampliar el espacio, pero ese espacio finalmente fue utilizado hace tres años para Casa Cuna, en el piso inferior al que se encuentra la fundación.
La influencia en los chicos
Para ser consciente de la importancia que tiene la existencia de una educación física eficaz en los discapacitados motrices, hay que entender el papel fundamental que cumple en los chicos el desarrollo de dicha actividad, y cómo repercute en ellos.
La psicopedagoga Coppa Oliver sostiene que en el desarrollo de la educación física es de suma importancia, desde lo que refiere a la integración socio-emocional, que los chicos puedan intervenir en la mayoría de las actividades que se realizan en la escuela.
“El mayor beneficio se da en el aspecto emocional, si no son integrados se sienten excluidos y esto afecta su autoestima y autoconfianza. A pesar de ello sin el asesoramiento y la adecuación correspondiente no es conveniente que los hagan participar de las clases porque puede ser perjudicial, por ejemplo hay determinadas posturas corporales que suelen adquirir los paralíticos cerebrales que deben ser corregidas, se cansan con mayor facilidad y algunos suelen tener dificultades respiratorias, hay movimientos que pueden provocar cierto dolor físico, etc.”
Coppa Oliver considera que los docentes deberían estar asesorados por los terapuetas especialistas que atienden al niño, generalmente por un psicomotricista o terapista físico, algo que en general no sucede.
Además, agrega que es clave el tratado correcto de la educación física ya que repercute de manera positiva en el desarrollo de otras materias, porque el estado anímico de cualquier persona, con o sin discapacidad, siempre influye en el desarrollo de cualquier actividad y sobretodo en el aprendizaje.
El profesor Caristi entiende que para los chicos la educación física es un lugar de placer, y los ve con muchas ganas de jugar y pasarla bien. Ellos también lo entienden así, como un momento único, al que esperan con ansias, como lo expresa Jorge, uno de los alumnos de tercer grado de VITRA: “Nos gusta mucho la clase, nos divertimos y jugamos con el profesor. Me gustaría tener más veces por semana”.
Los niños están contentos, por eso no plantean inquietudes. Pero Carisiti considera que no le manifiestan este tipo de sugerencias porque no conocen mucho lo que es un deporte; si esto fuera así seguramente habría más reclamos.
Pero hay aspectos que los chicos no pasan por alto, como lo que se refiere a la discriminación. “Si hablamos con chicos con discapacidades motrices existe la desigualdad desde el vamos ya que no pueden participar en todo ni de la misma manera sobretodo en lo que refiere a los deportes y las competencias, es por ello que existen las olimpiadas especiales. Ellos son muy consientes de esto y le gustaría que no fuera de este modo”, explica Coppa Oliver.
Falta apoyo del estado
Está claro que para que se cumplan todas las condiciones necesarias en el desarrollo de la educación física es muy necesaria la ayuda del estado, un déficit eterno de la dura realidad actual argentina.
Miguel Chacón, presidente de la Asociación Recreativa y Laboral de discapacitados y palabra autorizada en este tema, remarcó que no hay nada previsto respecto a la política educativa para esa clase de personas a nivel físico: “Ni laboral ni legislativamente se está haciendo nada. Yo soy discapacitado motriz y cuando fui candidato a segundo concejal jamás fui tenido en cuenta como los demás por ejemplo”.
Además afirma que ni siquiera se encuentran los elementos mínimos para los discapacitados motrices y que se hace muy difícil conseguir apoyo de los profesores de educación física para dar una mano. Al respecto, agrega que “solamente te prestan atención al tema que se plantea si el mismo es la discapacidad. Sino, sólo les importa lo económico y jamás tendrán la iniciativa de ayudarte.” Chacón reclama por un trato igualitario en todos lados y que se prevean los peligros y ayudas que los discapacitados motrices necesitan.
El profesor Caristi aclaró que en el VITRA su sueldo se lo paga el estado, pero también remarcó el deseo de que el apoyo en su especialidad sea mayor, principalmente con los materiales de trabajo.
Desde el punto de vista estatal, cada municipalidad dispone de veinte mil pesos por mes nada más, pero no siempre se la da el uso correcto. “Nunca me ayudaron ni siquiera a arreglar una silla de ruedas. Tuve que comprarlas yo”, enfatiza Chacón, mientras que apuntando al ámbito nacional también se queja: “Lo vi a Kirchner (Néstor) en un acto político y le pedí una mano. Entre otras cosas, una pensión y ampliar galpones. Me invitó a ir a la Casa Rosada al día siguiente. De allí me mandaron a la Comisión Nacional de Discapacitados y no me dieron bola.” El Instituto Nacional de Discriminación (INADI) tampoco actúa sobre el tema, sin tener en cuenta que este tipo de personas, además de sentirse y estar claramente marginados, son merecedoras de un trabajo digno.
En definitiva, el presidente de la Asociación recreativa y Laboral de Discapacitados sugiere algunos aspectos importantes a tener en cuenta a futuro, como mayor y mejor calidad de sillas de ruedas, mayor presupuesto a las personas que trabajan en el área de educación física y aumentar la predisposición de los profesores. Desde un costado más personal, Chacón apunta a un acercamiento al discapacitado, un aspecto más humano del tema.
Por todo esto, es que podemos sacar varias conclusiones que confirman la existencia de falencias varias en la educación física en los establecimientos educativos abocados a los chicos discapacitados motrices en Capital Federal. Pasando en limpio: la infraestructura no es apta, y por eso genera que se trabaje con reglamentos propios, que no permiten realizar una integración con otras escuelas. Esto en gran parte depende de la ayuda del estado (que no es suficiente al menos en esta actividad) y de disponer más dedicación a la educación física para los jóvenes con capacidades diferentes.
Por ultimo cabe destacar el valor de los profesores de educación física y de todos los docentes, personas solidarias, desinteresadas y ejemplares con voluntad y aspiraciones. Es una lastima que no siempre puedan contar con el apoyo necesario para realizar su trabajo de la mejor manera posible, acorde a lo que los chicos discapacitados motrices necesitan y merecen. El tiempo pasa y las respuestas no llegan, es hora de hacer algo.
“Si bien en los últimos años la Argentina ha progresado en la inclusión de las personas con necesidades especiales motrices a diferentes actividades, no se ha avanzado lo suficiente en los referido a la educación física en sus establecimientos educativos”, así lo manifiesta Mónica Corvini, profesora de VITRA (Fundación para vivienda, trabajo y capacitación del lisiado).
Como bien lo dice Corvini, estamos frente a una de las cuentas pendientes en lo que se refiere a los chicos discapacitados motrices en las escuelas y establecimientos educativos de Capital Federal.
VITRA es una institución que recibe ayuda del estado (además de otras empresas y particulares), el cual paga los sueldos de los docentes, pero principalmente es un fiel reflejo de lo que sucede en el resto de las instituciones de este tipo.
Gerardo Caristi, profesor de educación física de dicho establecimiento, explica primero su forma de trabajo: “Las clases son iguales que en cualquier otra escuela, una vez por semana y divididas por grados. La actividad física varía de acuerdo a los grupos, ya que al tener chicos multidiscapacitados, se agrupa a cada uno de ellos según sus discapacidades y en base a eso hacemos actividades donde cada uno pueda participar. Una parte tiene que ver con lo físico, con el entrenamiento (tanto en primaria como secundaria), y otra parte con lo lúdico, los juegos y los deportes. Los juegos se hacen hasta sexto grado, y de ahí en adelante se realizan los deportes, que son el handball, el voley y las bochas. A la vez en el área de educación física hay un taller donde los chicos participan de un torneo de bochas donde juegan con otras escuelas”.
En el desarrollo de las actividades es fundamental la división por grupos como marca el profesor. A esa idea adhiere la psicopedagoga especializada en reeducación Cecilia Coppa Oliver: “No todos los chicos con discapacidades motrices pueden realizar los mismas actividades físicas que desarrollan el resto de los chicos”.
Caristi también aclara que la realidad de su trabajo implica que realice su labor según la infraestructura propia de la escuela (ya que cada una tiene la suya en particular). Pero considera que la misma no es apta para la actividad física. Cabe aclarar que en VITRA los chicos desarrollan educación física en un aula un poco más grande que las otras (en la cual quitan los bancos al momento de la actividad), equipada principalmente con arcos y aros de básquet.
Según el docente, la infraestructura es uno de los principales problemas, pero el reglamento también tiene sus pro y sus contras: “Los profesores de educación física nos adaptamos a lo que tenemos. Las reglas se adaptan al lugar donde realizamos las actividades y a las capacidades de los chicos. Se ponen reglas propias: esto tiene a favor que nos da la posibilidad de hacer torneos internos (tanto en primaria como en secundaria) y en contra que no se puede hacer una integración, porque al tener deportes adaptados no todas las escuelas desarrollan los mismos deportes, salvo el de bochas (que tiene reglas propias, las mismas para todos), donde se puede seguir una carrera deportiva como federado al finalizar la escuela, cosa que en otros deportes es muy difícil que se de”.
Lo cierto es que todos los deportes tienen un reglamento oficial, pero que en las escuelas no se puede desarrollar del todo porque deben adaptarse al lugar y a las capacidades de los chicos, que de todas formas reciben una noción de lo más importante de los mismos.
Pero según el profesor, lo ideal sería tener la infraestructura necesaria para que todos puedan utilizar los mismos reglamentos, entre otras cosas: “Me encantaría tener un espacio propio, un lugar más grande, más material de trabajo y más horarios”.
Con respecto al lugar físico, Carisiti manifestó que tenían una propuesta de ampliar el espacio, pero ese espacio finalmente fue utilizado hace tres años para Casa Cuna, en el piso inferior al que se encuentra la fundación.
La influencia en los chicos
Para ser consciente de la importancia que tiene la existencia de una educación física eficaz en los discapacitados motrices, hay que entender el papel fundamental que cumple en los chicos el desarrollo de dicha actividad, y cómo repercute en ellos.
La psicopedagoga Coppa Oliver sostiene que en el desarrollo de la educación física es de suma importancia, desde lo que refiere a la integración socio-emocional, que los chicos puedan intervenir en la mayoría de las actividades que se realizan en la escuela.
“El mayor beneficio se da en el aspecto emocional, si no son integrados se sienten excluidos y esto afecta su autoestima y autoconfianza. A pesar de ello sin el asesoramiento y la adecuación correspondiente no es conveniente que los hagan participar de las clases porque puede ser perjudicial, por ejemplo hay determinadas posturas corporales que suelen adquirir los paralíticos cerebrales que deben ser corregidas, se cansan con mayor facilidad y algunos suelen tener dificultades respiratorias, hay movimientos que pueden provocar cierto dolor físico, etc.”
Coppa Oliver considera que los docentes deberían estar asesorados por los terapuetas especialistas que atienden al niño, generalmente por un psicomotricista o terapista físico, algo que en general no sucede.
Además, agrega que es clave el tratado correcto de la educación física ya que repercute de manera positiva en el desarrollo de otras materias, porque el estado anímico de cualquier persona, con o sin discapacidad, siempre influye en el desarrollo de cualquier actividad y sobretodo en el aprendizaje.
El profesor Caristi entiende que para los chicos la educación física es un lugar de placer, y los ve con muchas ganas de jugar y pasarla bien. Ellos también lo entienden así, como un momento único, al que esperan con ansias, como lo expresa Jorge, uno de los alumnos de tercer grado de VITRA: “Nos gusta mucho la clase, nos divertimos y jugamos con el profesor. Me gustaría tener más veces por semana”.
Los niños están contentos, por eso no plantean inquietudes. Pero Carisiti considera que no le manifiestan este tipo de sugerencias porque no conocen mucho lo que es un deporte; si esto fuera así seguramente habría más reclamos.
Pero hay aspectos que los chicos no pasan por alto, como lo que se refiere a la discriminación. “Si hablamos con chicos con discapacidades motrices existe la desigualdad desde el vamos ya que no pueden participar en todo ni de la misma manera sobretodo en lo que refiere a los deportes y las competencias, es por ello que existen las olimpiadas especiales. Ellos son muy consientes de esto y le gustaría que no fuera de este modo”, explica Coppa Oliver.
Falta apoyo del estado
Está claro que para que se cumplan todas las condiciones necesarias en el desarrollo de la educación física es muy necesaria la ayuda del estado, un déficit eterno de la dura realidad actual argentina.
Miguel Chacón, presidente de la Asociación Recreativa y Laboral de discapacitados y palabra autorizada en este tema, remarcó que no hay nada previsto respecto a la política educativa para esa clase de personas a nivel físico: “Ni laboral ni legislativamente se está haciendo nada. Yo soy discapacitado motriz y cuando fui candidato a segundo concejal jamás fui tenido en cuenta como los demás por ejemplo”.
Además afirma que ni siquiera se encuentran los elementos mínimos para los discapacitados motrices y que se hace muy difícil conseguir apoyo de los profesores de educación física para dar una mano. Al respecto, agrega que “solamente te prestan atención al tema que se plantea si el mismo es la discapacidad. Sino, sólo les importa lo económico y jamás tendrán la iniciativa de ayudarte.” Chacón reclama por un trato igualitario en todos lados y que se prevean los peligros y ayudas que los discapacitados motrices necesitan.
El profesor Caristi aclaró que en el VITRA su sueldo se lo paga el estado, pero también remarcó el deseo de que el apoyo en su especialidad sea mayor, principalmente con los materiales de trabajo.
Desde el punto de vista estatal, cada municipalidad dispone de veinte mil pesos por mes nada más, pero no siempre se la da el uso correcto. “Nunca me ayudaron ni siquiera a arreglar una silla de ruedas. Tuve que comprarlas yo”, enfatiza Chacón, mientras que apuntando al ámbito nacional también se queja: “Lo vi a Kirchner (Néstor) en un acto político y le pedí una mano. Entre otras cosas, una pensión y ampliar galpones. Me invitó a ir a la Casa Rosada al día siguiente. De allí me mandaron a la Comisión Nacional de Discapacitados y no me dieron bola.” El Instituto Nacional de Discriminación (INADI) tampoco actúa sobre el tema, sin tener en cuenta que este tipo de personas, además de sentirse y estar claramente marginados, son merecedoras de un trabajo digno.
En definitiva, el presidente de la Asociación recreativa y Laboral de Discapacitados sugiere algunos aspectos importantes a tener en cuenta a futuro, como mayor y mejor calidad de sillas de ruedas, mayor presupuesto a las personas que trabajan en el área de educación física y aumentar la predisposición de los profesores. Desde un costado más personal, Chacón apunta a un acercamiento al discapacitado, un aspecto más humano del tema.
Por todo esto, es que podemos sacar varias conclusiones que confirman la existencia de falencias varias en la educación física en los establecimientos educativos abocados a los chicos discapacitados motrices en Capital Federal. Pasando en limpio: la infraestructura no es apta, y por eso genera que se trabaje con reglamentos propios, que no permiten realizar una integración con otras escuelas. Esto en gran parte depende de la ayuda del estado (que no es suficiente al menos en esta actividad) y de disponer más dedicación a la educación física para los jóvenes con capacidades diferentes.
Por ultimo cabe destacar el valor de los profesores de educación física y de todos los docentes, personas solidarias, desinteresadas y ejemplares con voluntad y aspiraciones. Es una lastima que no siempre puedan contar con el apoyo necesario para realizar su trabajo de la mejor manera posible, acorde a lo que los chicos discapacitados motrices necesitan y merecen. El tiempo pasa y las respuestas no llegan, es hora de hacer algo.