miércoles, 3 de octubre de 2007

A 20 años del primer título del Nápoles de la mano de Maradona

Un día como hoy pero hace 20 años, el Nápoles hacía historia consagrándose campeón de La Liga Italiana por primera vez de la mano del fenómeno mundial Diego Armando Maradona.

Ese 10 de mayo de 1987, el club italiano sorprendía a todos quedándose con un título que parecía tan lejano. Pero claro, hubo alguien que fue determinante en ese logro, que fue la clave del éxito. El Nápoli tenía al as de espadas y se llamaba Diego Maradona.

Para lograr grandes cosas, para llegar a ser el mejor, se necesitan jugadores con hambre de gloria, que den un poco más que el resto, y sin dudas que eso le sobraba al gran “Diez” y a sus cómplices de la gloria. En base a un juego exquisito y a una categoría de elite, el argentino se puso el equipo al hombro y se sacrificó por el mismo. Se complementaba bien con sus compañeros, y entonces el plantel, además de los destellos individuales del astro, contaba con un buen juego colectivo; aspectos que serían claves en la búsqueda de la inesperada consagración.

Maradona estaba en su máximo esplendor, y venía de deleitar al planeta en la Copa del Mundo de Méjico ’86, en donde se consagraría campeón con su país en un nivel superlativo. Pero todavía no se conformaba, quería seguir haciendo historia.

“Pelusa” arribo al club napolitano en 1984, su primera temporada no fue buena, pero en la siguiente logró la clasificación a la Copa UEFA tras un sorprendente tercer puesto. Estaban motivados y con ansias de superarse, y por eso el gran momento llegaría en la temporada 1986/87.

Tras empatar 1 a 1 con la Fiorentina, el Nápoles tocaba el cielo con las manos y conseguía el primer Scudetto para la institución, además de consagrase en la Copa Italia ganando todos los partidos.

Maradona deslumbró nuevamente a todos con su nivel, marcando 10 goles en esa Liga. Ya se había consolidado como uno de los mejores jugadores del mundo, sino el mejor, y su gran desempeño le valió el interés del Milán de ese país. El empresario Sivio Berlusconi se lo quiso llevar, pero el argentino renovó con el Nápoli hasta 1993 con un sueldo de cinco millones de dólares anuales.

Más adelante, la misma base con “El Diego” a la cabeza, obtendría otra Liga Italiana, una Copa UEFA y una Supercopa. Su saldo final, tras su amarga despedida en 1991 por el doping positivo, fue de 115 goles en 259 partidos jugados. De esta forma puso al club italiano en lo más alto y dejó su firma para siempre en el corazón de los napolitanos.

Maradona siguió sumando afecto y supo ganarse el amor de los hinchas en el viejo continente. Trasladar esa esencia del potrero al fútbol europeo le valió la admiración y el respeto de todos, y por eso será recordado por siempre en el Nápoles, un club que tuvo la suerte de contar con el más grande de su lado.

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