
Díazes un técnico ganador por naturaleza, el sólo pelea cosas importantes y su pasado así lo demuestra. Siendo el entrenador más ganador de la historia de River Plate , el “Pelado” supo hacerse cargo de un San Lorenzo irregular y con la misma base que el plantel del Apertura.
Gastón Fernández, Cristian Ledesma y Aureleano Torres fueron las únicas tres incorporaciones azulgranas, pero le bastaron al riojano para llegar a los más alto. Le puso su sello al club, y a raíz de la motivación que logró en sus futbolistas, San Lorenzofue el conjunto más sólido como equipo.
De esta forma el entrenador se encargó también de callar aquellas voces que le atribuían sus numerosos logros en River a los grandes jugadores que tenía en ese entonces, sacándole mérito propio. Ahora, sin un equipo plagado de figuras demostró su calidad para dirigir y terminó con aquellas dudas injustificadas.
Su manera de ver el fútbol y la idea ofensiva, de salir a ganar en cualquier cancha, son las claves del éxito de Ramón.
Luego de ser ídolo como jugador, asumió por primera vez en la dirección técnica de River Plate en 1995, donde a la larga conseguiría siete títulos: cinco campeonatos locales (Apertura 96’, 97’ y 99’, y Clausura 97’ y 02’), una Copa Libertadores (‘96) y una Supercopa Sudamerica (‘97).
Prácticamente con experiencia en la profesión sólo en el club “Millonario” (además se desempeño fugazmente como manager deportivo en el Oxford Athletic inglés), arribó a Boedo con todo un desafío, y pocos imaginaban que se consagrara tan rapidamente.
Le dio una identidad al equipo, lo hizo plantarse de igual a igual frente a cualquiera, y sobretodo siempre con la intención de jugar al fútbol, de funcionar colectivamente, algo que le dio resultado y fue fundamental en la obtención del título.
Sus mismos jugadores reconocen las condiciones del técnico, como unos de los refuerzos que especialmente pidió Ramón, el “Lobo” Ledesma: “es ganador y motivador. Tácticamente plantea muy bien los partidos”.
La solidez defensiva, la efectividad de sus atacantes y la motivación del “Pelado”, son algunas de las calves que le dieron el campeonato al “Cuervo”, a casi seis años de su última consagración de la mano del chileno Manuel Pellegrini.
Lo que está claro es que Ramón Díazes un técnico ganador como pocos. Entiende y mucho de cómo se debe plantar un quipo en el campo de juego, y su eficacia en obtención de títulos sorprende y merece ser remarcada.
Su manera de ver el fútbol y la idea ofensiva, de salir a ganar en cualquier cancha, son las claves del éxito de Ramón.
Luego de ser ídolo como jugador, asumió por primera vez en la dirección técnica de River Plate en 1995, donde a la larga conseguiría siete títulos: cinco campeonatos locales (Apertura 96’, 97’ y 99’, y Clausura 97’ y 02’), una Copa Libertadores (‘96) y una Supercopa Sudamerica (‘97).
Prácticamente con experiencia en la profesión sólo en el club “Millonario” (además se desempeño fugazmente como manager deportivo en el Oxford Athletic inglés), arribó a Boedo con todo un desafío, y pocos imaginaban que se consagrara tan rapidamente.
Le dio una identidad al equipo, lo hizo plantarse de igual a igual frente a cualquiera, y sobretodo siempre con la intención de jugar al fútbol, de funcionar colectivamente, algo que le dio resultado y fue fundamental en la obtención del título.
Sus mismos jugadores reconocen las condiciones del técnico, como unos de los refuerzos que especialmente pidió Ramón, el “Lobo” Ledesma: “es ganador y motivador. Tácticamente plantea muy bien los partidos”.
La solidez defensiva, la efectividad de sus atacantes y la motivación del “Pelado”, son algunas de las calves que le dieron el campeonato al “Cuervo”, a casi seis años de su última consagración de la mano del chileno Manuel Pellegrini.
Lo que está claro es que Ramón Díazes un técnico ganador como pocos. Entiende y mucho de cómo se debe plantar un quipo en el campo de juego, y su eficacia en obtención de títulos sorprende y merece ser remarcada.
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