
Además de la cruel coincidencia de perder la vida de tan jóvenes, estos arqueros tenían otra similitud: todos jugaron para las selecciones juveniles de la Argentina . Una lastima que se hayan ido tan pronto cuando se vislumbraba una prospera carrera deportiva en su haber.
Eberto luchó más de un año y medio contra un cáncer testicular que venía consumiéndolo muy lentamente hasta que finalmente falleció el pasado lunes con tan sólo 24 años.
El correntino llegó a Boca Juniors a los 15 años. Su debut en Primera División se produjo el 22 de junio de 2003, en la última fecha del Clausura, cuando Boca, con mayoría de juveniles y dirigido por Oscar Regenhardt, perdió por 7 a 2 frente a Rosario Central mientras en La Bombonera se festejaba con los jugadores titulares la obtención de la Copa Libertadores de América.
El segundo y último partido oficial por Boca lo jugó el 3 de julio de 2005, también por la última fecha del Clausura, y su equipo, otra vez con juveniles, interinamente a cargo de Abel Alves, perdía 3-2 en la cancha de Almagro, cuando el juego quedó interrumpido por incidentes. Después pasó a préstamo a Talleres de Córdoba, en la B Nacional. Se había ganado un lugar y su rendimiento iba en ascenso cuando el 20 de febrero de 2006, antes de un partido frente a Atlético de Rafaela, debió ser internado por fuertes dolores de origen desconocido.
Los estudios médicos determinaron la existencia de la enfermedad contra la que peleó desde entonces y en algún momento pareció que la recuperación era posible, por lo que había vuelto al trabajo físico en Bocacon la esperanza de regresar al fútbol.
Además integró el seleccionado argentino Sub 20 con el que se consagró campeón Sudamericano en enero de 2003, en Uruguay.
Pero historias parecidas ya habían sucedido antes. El 11 noviembre del 2004 y tras sufrir un paro cardíaco, Lucas Molina dijo adiós a sus escasos 20 años.
En ese entonces era el arquero suplente de Independiente y además había formado parte de los seleccionados juveniles argentinos a Cargo de Hugo Tocalli. Había jugado cinco partidos en la máxima categoría, y su debut se produjo el 30 de octubre de 2003 en la derrota del “Rojo” ante Vélez por 1-0.
Tuvo su gran momento el 2 de noviembre del 2003, poco más de un año atrás, cuando fue titular y figura en el empate entre el Boca de Bianchi e Independiente. Aquella tarde, Molina tapó todo lo que le tiraron y los medios no dudaron en darlo como el mejor de la cancha.
Poco tiempo después murió otro Molina, aunque sin ningún parentesco con Lucas, y también arquero de Independiente. Esta vez fue Emiliano quien el 25 junio de 2005 moría a los 17 añospor haber sufrido dos semanas antes de su fallecimiento un accidente de tránsito en el Puente Pueyrredón, cuando su vehículo chocó con la parte trasera de un camión.
Como consecuencia del choque perdió un ojo y sufrió múltiples traumatismos. Agonizó durante dos semanas y murió en el Hospital Fiorito.
Molina atajaba en la reserva y había actuado en la selección argentina en los Sudamericanos Sub-16 (2004) y Sub-17 (2005).
Lamentablemente el fútbol se sigue cobrando víctimas, como es el caso de las tristes similitudes de estos jóvenes arqueros con un gran futuro por delante, que no tuvieron la suerte de su lado.
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