sábado, 20 de octubre de 2007

Los Pumas lucharán por el tercer puesto con la frente bien alta

El sueño se acabó, pero no hay nada que reprochar. El balance es sumamente positivo, Los Pumas se metieron en la historia del rugby logrando su mejor actuación en mundiales tras llegar a las semifinales sin atenuantes, y hay que estar orgullosos de eso.

La selección se quedó en las puertas de la gloria, pero no por eso hay que olvidarse que terminó entre los cuatro mejores países del certamen. Más aún si se piensa que se jugó de igual a igual contra potencias con mucha más infraestructura.

Los Pumas no eran candidatos ni mucho menos a ser campeones. De hecho nunca habían llegado a semifinales, lo que muestra aún más lo meritoria que fue su actuación, aunque el último trago haya sido amargo.

Se le ganó en su propia casa a la misma Francia, para terminar como líder de su grupo, pero lo más valorable es que se dejó todo en cada partido. Una verdadera lástima que ante Sudáfrica no salgan las cosas, pero no hubiese sido para nada descabellado imaginar a una Argentina en la final, algo impensado poco tiempo atrás.

Los mismos rivales mostraron su respeto y admiración para con la selección, como Jake White, el entrenador de los Springboks, que dijo tras el triunfo de su equipo que "hay que aplaudir a los argentinos".

“Antes del partido le dije ¡bravo! (A Marcelo Loffreda, amigo personal). Es un éxito importante para el rugby argentino. ¡Hay que aplaudirlos! Trabajan diferente, con una dinámica diferente, con una estructura diferente. Creo que han hecho un excelente trabajo", afirmó.

Estos guerreros pusieron la bandera celeste y blanca en lo más alto ante los ojos de todos. Le mostraron al mundo de lo que son capaces y escribieron el capitulo más importante en la historia del rugby argentino. Puro orgullo Puma.

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