
Da placer ver jugar a esta criatura que ya deleita a todos. Es que Lionel fue trascendental en el encuentro frente a México por la semifinal de la Copa América. Fue una de las figuras del equipo, estuvo imparable, y para redondear una actuación estupenda, como frutilla del postre, convirtió un gol de esos para guardar en el cajón de los recuerdos para toda la vida.
Argentina ganaba con lo justo por 1 a 0 y el encuentro estaba muy parejo. Pero ahí apareció el jugador del Barcelona para hacer delirar a la multitud. Qué se va a poner nervioso: no le tembló el pulso, y ante la salida de Bravo, la víctima de semejante belleza, al pibe no se le ocurrió mejor idea que picar la pelota por sobre el arquero. La definición fue exquisita y encaminó un partido que hasta el momento resultaba complicado.
Ya no quedan dudas, y el que opine lo contrario tendrá que hacerse tratar la vista. Messi es de esos jugadores que salen cada cien años, de esos que ganan torneos ellos solos y que entienden el fútbol como pocos. En realidad la diferencia es que el no juega a eso, el juega a la pelota.
Y esto recién empieza. La juventud y picardía le florecen a esta joya; lo más parecido a Diego Armando Maradona que se vio en una cancha. Diego es el más grande futbolista de todos los tiempos, pero la coincidencia más linda que tiene con Lio son los colores que llevan en el pecho.
Por suerte Messi es argentino, y esperemos que este sea el inicio de un prospero camino por recorrer, donde de la mano de su juego la Argentina pueda cosechar esos títulos que tanto le hacen falta, y que tanto merece por la clase de jugadores que tiene, en un país donde se respira fútbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario