
Uno de los ejemplos más conocidos es el de Omar Hasan, que es cantante lírico y manifestó que dejará el rugby para dedicarse a la música. "Soy barítono, estudio solfeo y mi sueño es cantar en La Scala o en el Metropolitan", declaró el primera línea, que sueña en grande y a sus 36 años desearía poder interpretar a Marcelo, el pintor de La Bohème, para "una ópera a gran escala".
Por su parte, uno de los máximos referentes como Felipe Contepomi es médico, tras finalizar su carrera en mayo de 2007 en el Royal College of Surgeons of Ireland en Dublín. "Haber terminado la carrera es un logro muy importante, y estoy muy contento. Todo significó un gran sacrificio", dijo el jugador.
Pero Contepomi no es el único del plantel mundialista que se recibió de médico: también lo es Rodrigo Roncero, mientras que Nicolás Fernández Miranda y Federico Serra Miras son empresarios, y Carlos Ignacio Fernandez Lobbe es profesor de educación física.
En el plantel son muchos los estudiantes de carreras terciarias o universitarias, como es el caso de Esteban Lozada, Alberto Vernet Basualdo y Horacio Agulla.
El mismo entrenador de Los Pumas, Marcelo Loffreda, tiene otras preocupaciones, ya que es gerente de ventas de la empresa Alpargatas, además de ser Ingeniero Civil.
Son tipos comunes y corrientes, pero que cuando entran a una cancha la adrenalina invade su cuerpo, para olvidarse de todo y focalizar sus energías en dejar la vida por esa camiseta celeste y blanca que les cubre el pecho.
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