Javier Mascherano, un cinco con temperamento si los hay. Un jugador que ya desde sus comienzos en River Plate avecinaba tener un futuro enorme, con destino europeo. Sin duda que merecía un club que esté a su altura, a la altura de su juego. Y por fin, luego de tantas frustraciones, ese momento llegó, y a lo grande.En River debutó en primera división en el 2003 y obtuvo dos títulos, el Torneo Clausura de ese año y el Apertura del siguiente. En 2005 pasó al Corinthians de Brasil, un club que se estaba plagando de figuras de la mano del millonario Kia Joorabchian.
Allí obtuvo una Liga Brasileña, pero luego comenzaron los problemas. El argentino se vio afectado por las lesiones y además no se sentía a gusto. Así comenzaron los enfrentamientos con sus propios compañeros y los resultados no eran los esperados.
Tenía ganas de irse, estaba peleando los últimos puestos, y sus compañeros no estaban a la altura de su nivel futbolístico, lo mismo que le sucedía a Carlos Tévez, otro argentino que también había desembarcado en tierras cariocas.
La situación estaba tensa, pero Mascherano logró su pase a Europa, tras ser comprado en el 2006 junto con Tévez por el West Ham Unitedde Inglaterra. Parecía que podía ser una buena puerta de entrada a la alta competencia del fútbol mundial, pero no fue así.
La experiencia no fue buena, el club no pelaba por nada y además, “El Jefecito” no tenía continuidad y era relegado por el entrenador. Para colmo, el fantasma de las lesiones había vuelto a aparecer, y el nivel del futbolista había bajado notablemente.
Pero nadie dudaba de sus condiciones. Y de hecho el argentino había jugado un gran mundial para su selección en Alemania 2006. Entonces, después de tantas frustraciones, por fin fue comprado por uno de los clubes más grandes de Europa, el Liverpool inglés.
Aquí por fin se sintió cómodo y pudo reencontrarse con su juego. Pese a estar rodeado de figuras, logró formar parte de la alineación titular, compartiendo el mediocampo nada menos que con Steven Gerrard.
Ahora su equipo se encuentra en la final de la Champions League, en donde enfrentará al Milán de Italia. Por eso, después de tantas idas y vueltas, Mascherano parece haber encontrado al fin su lugar. Ahora va a tener la oportunidad de sumar en su vitrina personal la copa del torneo más importante del planeta a nivel clubes.
Ahora, que por fin se le dio, esperamos pueda retornar a su mejor nivel y se convierta con el tiempo en un referente del seleccionado argentino, algo que se necesita. Por lo pronto, buena suerte en la final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario